LA FONONIMIA

Posted by adam | Posted in | Posted on 1:00



Posteriormente se emplea la fononimia (asociación del sonido al gesto). Se designa con un gesto de la mano el nombre y sonido de cada nota, con esto conseguimos practicar la lectura entonada que ayuda a fijar su entidad sonora en la audición interior. Este es un procedimiento con antecedentes de tiempo atrás. La propuesta de Kodaly en su concepción de enseñanza de la música es la más extendida.

Para la expresión de los gestos de fononimia : la mano se coloca delante del cuerpo, de forma que esté claramente visible, aproximadamente a la altura de la barbilla, y señala los gestos en un espacio cómodo, acorde con el movimiento melódico. Los movimientos han de ser claros y sucederse pausadamente, y a ellos se responde con una entonación suave y continuada. Los diseños melódicos que se canten con fononimia deben ser breves, pudiéndose encadenar varios, con espacios de tiempo entre cada uno para respirar tranquilamente.

Para iniciar la designación y escritura del ritmo son muy útiles el uso de las sílabas rítmicas que emplea el método Kodaly.
El ostinato es un procedimiento polifónico de grafía simplificada. Consiste en un diseño (rítmico, melódico, armónico...) que escrito solo al comienzo, se repite "obstinadamente" durante el transcurso de toda la pieza. Utilizado para acompañar canciones, melodías instrumentales o textos rimados. Puede ser vocal, con percusión corporal o con instrumentos. Es un recurso de gran valor en la educación musical.

En el método Kodály, al primer grado siempre le llamamos "do", esté en la tonalidad que esté: es lo que llamamos el "do móvil", y así el profesor ayuda a entonar cualquier melodía aunque esté en una tonalidad "rara".

Hay maestros y maestras que no le encuentran sus ventajas; pero se puede usar la fononimia como ayuda a la entonación, a la afinación, e incluso a la hora de enseñar una partitura para flauta, dando muy buenos resultados. También es interesante el realizar canto a dos voces, cantando un grupo las notas que señala una mano, y otro grupo las de la otra mano. Requiere un poco de coordinación, pero como todo, con un poco de práctica es bastante fácil.

La fononimia sin estos signos manuales, simplemente indicando la altura relativa de los sonidos bajando o subiendo la mano, es la que se le atribuye a Ward.

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